ya no sé qué hacer*

me doy pena, sinceramente me doy pena a mi misma.
no puede ser que sean las 2 menos veinte y yo esté en el estado en el que estoy.
necesito a alguien cerca, me siento sola.
no se puede vivir cayendo siempre en lo mismo,
autodestruyéndose así como lo hago yo.
me siento mal porque sé que en algún momento fui todo esto que quiero ser
ahora.
me siento mal porque el alcohol sigue bajando por mi garganta, aunque ya haya vomitado
me siento mal, porque la marihuana está haciendo su tan esperado efecto, y yo no me permito disfrutarlo.
dónde quedó la chica que yo era?
esa que se reía por las mañanas, que no quería la noche, que quería dar lo mejor de sí misma para este mundo
ella, que soñaba con chicos y se despertaba sonrojeada, esa que soñaba con un primer beso abajo de un árbol, con la lluvia a los costados, esa que disfrutaba de cada momento con sus padres, esa que vivía.
cuándo nació esto que yo me atrevo a llamar *yo*, mi yo actual?
cuando me dejé de valorar como persona, cuando empecé a introducirme sustancias para poder sentirme *viva*

porque es eso, la marihuana no crea dependencia física, pero sí psicológica, y creanme, que esa es mucho peor.
mi cuerpo no me pide droga, me la pide mi cerebro, mi alma, mi espíritu.
mi cuerpo siente nauseas con sólo pensar en alcohol, pero mi *yo* sigue insistiendo en tomar, en perder la consiencia. y así es como terminan las cosas, vomitando la mitad del durazno que habías comido en la rejilla del patio de tu casa, y a penas son las 13:49.

por qué ya no sueño con ese príncipe azul, que me ama y me respeta?
ando de acá para allá con pibes que la verdad no me gustan, sólo para olvidarme de aquellos que necesito y me ignoran. porque como dice el dicho un clavo saca otro clavo. mentira. mentira, MENTIRA. un clavo lo único que hace es mantenerte ocupada para que no pienses en el otro que no tenés. pero ¿qué pasa? las luces se encienden, la noche termina, se asoma el sol, desaparece la locura y la borrachera, empezás a sentir los dolores típicos de la resaca, y ahí en ese instante, te das cuenta que con el que estuviste toda la maldita noche no es el chico por el que tanto sufrís, es otro clavo que usaste como droga, para olvidarte por un tiempo de la triste realidad. de que estás completamente sola.

y entonces, cuando caes a esta fuckin' tierra, donde todo parece y nada es, volvés a escuchar en el fonde de tu alma una voz (cada vez más poderosa) que te dice *dame más droga, vámonos de esta realidad, sabés que es mucho mejor allá que acá*.
y así es como empezas a mentirle a tus viejos, a tus amigos, incluso a vos misma.
todo hacés todo para conseguir algo que te haga salir de este mundo, lo que sea. por más que te haga sentir peor, lo preferís, preferís cualquier cosa a la asquerosa realidad.

y bueno,
drogas, alcohol e inseguridad son una mala combinación

yo, soy el ejemplo viviente.